martes, 23 de agosto de 2011

Entre tú y yo. (Fragmentos del poema de Corpse Keeper).

Entre tú y yo, siempre hubo una mirada de diferencia, una sonrisa que discrepaba con la impaciencia; entre tú y yo había un abismo de coincidencias rebuscadas, distancias prolongadas y un final que no alcanzaba el caminar de las manecillas del reloj.
Entre tú y yo abundaban las caricias llenas de misericordia y condescendencia; NUNCA FUIMOS UNO MISMO a pesar de que morimos al mismo tiempo y por la misma razón. Entre tú y yo ningún detalle era nimio para la bitácora de resentimientos que terminaban con el arrepentimiento de nuestras palabras punzocortantes para el corazón, entre túy yo jamás hubo un silencio con antelación a la ignominia, a la desesperante falta de amor espontáneo.
Entre tú y yo el sueño siempre fue la utopía divina que dividía la realidad de la de nuestra imaginación, entre tú y yo hubo tantas cosas en secresía que era imposible no reventar de DOLOR, REMORDIMIENTO Y FASCINACIÓN.
Entre tú y yo jamás hubo palabra sin significado, un beso con fecha de caducidad ni árbol no plantado; jugamos a mentirnos por el miedo a que nos comieran los gusanos y miramos un millón de veces el espacio vacío DE LO QUE NUNCA IMAGINAMOS.
Entre tú y yo figuraba la divinidad de la IRONÍA, la dulzura de lo profano combinado con un poco de herejía, la indescifrable satisfacción del pecado sin perdón; la felonía de sentirme dueña de tu piel y la apatía que se apiadaba de mi alma. Entre tú y yo hizo falta un paso y medio de hilaridad compartida y un encuentro definitivo de tus manos con la mías.
Entre tú y yo la filosofía de un mundo perfecto jamás llegaba, nos confortaba el saber que uno existía y que el otro aun no arribaba, era lo que nos gustaba pensar cuando veíamos pasar el tiempo sin que los encuentros se materializaran; absurdos pensamientos de dos utópicos que imaginaron hecatombes de momentos profundos estando tan lejos. Entre tú y yo la calma de las palabras fue un veneno neurotóxico directo y sin escalas, nos fue matando lentamente y sin darnos cuenta, hoy, todo nos parece sólo una rememoración; NUNCA HUBO HÉROES NI VILLANOS, sólo existió el poder de las miradas llenas de epigramas y una soledad que durará hasta que el paso de mil estaciones nos marchite la voz y el alma..

No hay comentarios:

Publicar un comentario