lunes, 9 de septiembre de 2013

Dear friend


  No quiero hablar sobre amor; el amor esta tan trillado hoy en día que sería demasiado predecible, demasiado banal. Voy a hablar de mí misma... De perder una parte de mí, como si fuese parte de mi ser, como si me complementara, como si me hiciera ser quien soy. Casi como perder un brazo o una pierna. O algo más interno, quizás, pero no diré el corazón. ¿Acaso no se siente así hoy?
  ¿Qué ha sido de mí? Vuelvo a sentir la soledad, el dolor que implica. Me siento perdida otra vez. Creo que todo fue demasiado utópico, que invente un cuento que no era. La desilusión nuevamente;se siente como estrellarse contra una inmensa pared. Solamente noto confusión.¿Así son las cosas, esta es la realidad?
  Es irónico, pensé que no volvería a sentirme tan frágil, con vos me sentía prácticamente invencible; el mundo me parecía demasiado pequeño para los dos. ¿Quiénes dos? ¿Por qué se suponía que ibas a sentirte igual?¿Sentirías algo siquiera? Lo gracioso es que pensabas que yo no poseía alma, que a mí nada me movilizaba, que yo no podía querer. Nunca reparaste en notar mis ojos llenos de tristeza, que pedían a gritos un abrazo, una solución. Nunca te fijaste en lo importante que eras para mí, que toda la oscuridad de mis tiempos pasados, a tu lado sencillamente desaparecía, todo era luz. Me devolviste la esperanza, me llenaste de felicidad, sólo que no tuviste la sensibilidad de poder apreciarlo, no te importó. Y ahora todo se evapora, las luces se apagan una a una. 
  Era más fácil ser mi propia salvadora pero jamás tuve ese coraje; vos lo hiciste. Vos me diste la fuerza que no había tenido antes. Me levantaste cuando lo único que palpaba era el suelo. Ahora que vuelvo a caer, no estarás ahí para darme la mano y se siente el vació. Tu frialdad me destroza por dentro, mientras que falsamente me ves sonreír. ¿Ni siquiera puedes verlo? 
  No comprendía lo que significaba darlo todo por alguien más, siempre fui tan egoísta. Pero considero que eso, inconscientemente también, me lo enseñaste. Verte sonreír es lo que me hacía sonreír a mí. Y lastimosamente creo que tu sonrisa estará igual de resplandeciente aún si ya no estoy más cerca tuyo. ¿Por qué deje que esto pasara? He perdido a mi mejor amigo, he perdido a quien me hacía ser yo. ¿Qué voy a hacer? De repente, el miedo se apoderá de mí. Ya no me quedan suspiros.

 

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